
Humanamente somos una especie progresiva que desde hace décadas creamos residuos incontenibles generados por la misma causa: el progreso inevitable. Y en ese contexto se integra el ámbito de la construcción y de las emisiones adversas a la biodiversidad que esta genera. Cada vez más, las ciudades crecen de manera acelerada y los proyectos de infraestructura ambiciosos se están convirtiendo en un problema silencioso que parece no detenerse, con ello, surge un tema cada vez más relevante relacionado con el proceso que esto implica y de los desechos provenientes de dicho desarrollo.
Los residuos resultantes de una construcción o de una demolición es un desecho que coloquialmente también es conocido como escombro o cascajo, este representa uno de los principales retos ambientales de la industria de la construcción. Desde bloques de concreto hasta madera, metales, plásticos e incluso materiales peligrosos, son una mezcla heterogénea que, si no se gestiona de manera adecuada, puede provocar consecuencias graves para el medio ambiente y para la salud pública de cualquier comunidad.
Hoy voy a explicarte qué son exactamente
esta clase de residuos, su impacto en el entorno del mundo material, el marco normativo que regula su gestión,
las estrategias de manejo más sostenibles y los retos que enfrentamos como
sociedad. Además, integrare datos relevantes basados en experiencias vividas a través de mi acervo profesional, la cual me ha
permitido comprobar de primera mano que una gestión ineficiente de los residuos
de construcción y demolición pueden contaminar suelos, agua y aire, generando un
problema ambiental silencioso pero creciente. También como ejemplo, haré mención de una empresa que gestiona esta problemática dentro del area de vaciado de pisos, el cual consiste en la recolección de objetos y enseres domésticos que son almacenados en viviendas, locales etc.
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¿Qué son los residuos de construcción y demolición?
Cuando hablamos de esta clase de desecho material nos referimos a todo aquel conglomerado de materiales sobrantes que se generan durante las actividades de construcción,
remodelación, rehabilitación o demolición de edificaciones e infraestructuras.
Se trata principalmente de una categoría bastante amplia que incluye desde elementos inertes, como el
concreto o el ladrillo, hasta residuos voluminosos como la madera, el vidrio y
el metal. Incluso pueden encontrarse plásticos, cartón, yeso y restos de
asfalto, incluso puede abarcar la limpieza de inmuebles antes y despues de haberse creado.
En este sentido, es importante mencionar que los materiales residuales se tienen que clasificar y diferenciar de otros tipos de
residuos urbanos o industriales para su correcta administración. Mientras que los residuos domésticos suelen
ser más homogéneos y en menor volumen, los residuos de construcción se caracterizan por su gran
volumen y peso, además de la dificultad logística para transportarlos y
tratarlos.
Inicialmente he logrado percatarme que lo primero que no se realiza al ejecutar una obra es la
falta de clasificación inicial de los materiales que se consideran residuos. Los trabajadores en turno tienden a mezclar plásticos
con madera, o cascajo con metales, lo que complica después cualquier intento de
reciclaje o valorización. Esto refuerza la importancia que el profesionista o encargado debe de implementar esta actividad de manera que se obtenga una separación
consciente desde el inicio, evitando que todo termine en vertederos sin
control.
Tipos de materiales que se generan en obras y demoliciones
- Residuos inertes: cemento, ladrillo, cerámica, piedra.
- Residuos voluminosos: madera derivada de cimbra, plástico, vidrio.
- Metales: acero, aluminio, cobre.
- Residuos potencialmente peligrosos: pinturas, disolventes, aceites, restos con amianto o mejor conocido como silicato de cal etc.
Es importante que conozcamos esta clasificación ya que podremos determinar el tratamiento
adecuado que debe recibir cada tipo de desecho. Por ejemplo, mientras que el
concreto puede triturarse de manera controlada y reutilizarse como base para nuevas construcciones,
los residuos compuestos por componentes tóxicos, por otra parte, requieren procesos especiales de
confinamiento o destrucción segura.
El impacto ambiental que generan los residuos de construcción y demolición en ciudades en crecimiento
Las ciudades modernas son auténticos generadores de
escombros. Cada nueva construcción, cada obra pública, cada remodelación
doméstica suma toneladas de RCD al ambiente urbano. De acuerdo con datos expedidor por la UNAM,
México genera más de 10 millones de toneladas de residuos de construcción y
demolición al año, una cifra que crece a la par del desarrollo inmobiliario.
Así mismo, desde mi perspectiva, la relación entre el crecimiento
urbano y la generación de escombros es evidente, ya que, mientras más rápido se expande
una ciudad, mayor es la presión que ejerce sobre su infraestructura de disposición final.
Y se ha visto en zonas conurbadas en expansión, donde montañas de cascajo aparecen en
terrenos baldíos, lotes no regulados o incluso en barrancas locales, una mala práctica que va generando un
impacto directo sobre la flora, fauna y que crea afectaciones en la calidad del agua.
Contaminación del suelo, agua y aire por mala gestión
- Suelo: el depósito incontrolado de escombros altera la capacidad natural de los suelos, afectando la infiltración del agua y generando erosión.
- Agua: materiales como pinturas, solventes o aceites pueden filtrarse hacia los mantos acuíferos, contaminando fuentes de abastecimiento.
- Aire: la trituración y transporte de escombros sin medidas adecuadas libera partículas en suspensión, afectando la calidad del aire y la salud respiratoria de la población.
Por eso, la gestión eficiente de los RCD no es un lujo, sino
una necesidad ambiental que debe seguir ateniéndose. La experiencia me ha enseñado que cada tonelada de
residuos mal manejada se convierte en un problema acumulativo para las
generaciones futuras.
Marco legal y normativo sobre los residuos de construcción y demolición
La gestión de RCD está regulada por diferentes marcos
normativos tanto a nivel federal como local.
En México por ejemplo, destacan:
- Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).
- Norma Oficial Mexicana NOM-161-SEMARNAT-2011, que establece criterios para la clasificación y manejo de residuos de manejo especial, incluyendo RCD.
- Norma Ambiental de la Ciudad de México NADF-007-RNAT-2019, que regula específicamente la gestión de escombros en la capital.
Uno de los problemas principales es que
aunque la normativa existe, la aplicación es débil y desigual. Muchas empresas
pequeñas de construcción desconocen la normativa o buscan evadir costos,
depositando sus residuos en tiraderos clandestinos.
Normativas locales en CDMX y otras ciudades
La CDMX, por ejemplo, cuenta con un listado de sitios
autorizados para el manejo de RCD, publicado por SEDEMA. Sin embargo, estos
sitios suelen saturarse o quedan lejos de las obras, lo que provoca que muchos
transportistas opten por tirar los residuos en lugares no permitidos.
Otras ciudades mexicanas avanzan lentamente en su
regulación, mientras que países como España, Alemania o Japón cuentan con
sistemas mucho más integrales de valorización y reciclaje obligatorio de RCD.
Plan de gestión responsable de los residuos de construcción

El manejo de escombros requiere una visión integral que
abarque desde la obra hasta la disposición final. Algunas de las mejores
prácticas incluyen:
- Reducción en la fuente: planificar la obra para minimizar desperdicios.
- Separación en origen: establecer contenedores diferenciados en la obra.
- Reciclaje y valorización: triturar concreto para reutilizarlo, fundir metales, procesar madera.
- Transporte regulado: contar con permisos y rutas hacia centros autorizados.
En mi experiencia, la separación en la fuente es la etapa
crítica. Si en obra se mezcla todo, la valorización posterior se vuelve casi
imposible. He visto proyectos donde una correcta separación permitió reutilizar
más del 60% del material generado.
Economía circular aplicada a los residuos de construcción
El concepto de economía circular cobra especial relevancia
en este sector. En lugar de ver a los RCD como un desecho, podemos entenderlos
como materia prima secundaria.
Ejemplos:
- El concreto triturado puede usarse como base en carreteras.
- La madera puede transformarse en tableros aglomerados.
- El vidrio puede reincorporarse en nuevos materiales de construcción.
Además, las tecnologías innovadoras permiten desarrollar
cementos reciclados, ladrillos ecológicos y pavimentos a partir de escombros,
contribuyendo no solo al ambiente sino también a la economía del sector.
Retos actuales en la gestión de residuos de construcción y demolición
A pesar de los avances, persisten grandes desafíos:
- Infraestructura insuficiente para recibir y procesar escombros.
- Costos adicionales que muchas constructoras prefieren evadir.
- Falta de conciencia ambiental en trabajadores y directivos.
- Debilidad regulatoria en la supervisión de tiraderos ilegales.
Aquí la experiencia personal es clara: la mayoría de los
problemas no provienen de la falta de leyes, sino de la falta de cultura
ambiental en la industria. Mientras no exista una conciencia real del impacto
que generan los RCD, será difícil alcanzar una gestión verdaderamente
sostenible.
Ejemplos y buenas prácticas en México y el mundo
- Ciudad de México: existen experiencias piloto de reciclaje de RCD en plantas especializadas, donde se recuperan áridos reciclados para nuevos proyectos de obra pública.
- España: la legislación obliga a elaborar un plan de gestión de RCD antes de iniciar cualquier obra.
- Alemania: más del 80% de los RCD se reciclan, gracias a sistemas de clasificación avanzados.
Estos ejemplos muestran que es posible transformar la manera
en que entendemos el cascajo, siempre que se combinen políticas públicas,
infraestructura adecuada y cultura ciudadana.
Hacia una construcción más limpia y sostenible

Los residuos de construcción y demolición son inevitables en
cualquier proceso constructivo, pero su impacto puede reducirse de manera
significativa si se gestionan con responsabilidad, como es el caso de eldesguace.net quienes estan cubriendo un area de oportunidad en el vaciado de pisos en valencia mediante el retiro de objetos residuales, muebles e incluso electrodomésticos. Su excelente trabajo nos confirma
que cuando existe planificación, separación en origen y disposición en sitios
autorizados, los residuos pueden convertirse en una oportunidad en lugar de verlos como un problema.
La clave está en integrar la sostenibilidad en el ADN del
sector construcción, aplicando modelos de economía circular, mejorando la
infraestructura de reciclaje y fortaleciendo la regulación. Si logramos este
cambio, las ciudades no solo crecerán en tamaño, sino también en calidad
ambiental y resiliencia.
El futuro de la construcción debe ser limpio, eficiente y responsable. La gestión adecuada de los residuos de construcción y demolición es un paso indispensable para lograr lo inimaginable.