
Mantener tu piscina en buen estado es fundamental para poder disfrutar de ella sin preocupaciones, pero a veces las fugas de agua pueden suponer un problema. De ser el caso, no te alarmes, ya que detectarlas no tiene por qué ser complicado y a través de este escrito te darás cuenta.
Primero que nada, te explicaré cuáles son las señales más
comunes, que debes hacer si notas que el nivel del agua baja más de lo normal y
cómo puedes realizar algunas pruebas sencillas por tu cuenta. También voya añadir las causas más comunes que generan estas fugas y cuándo es mejor llamar a los expertos.
Conoce más sobre: Reparación de piscinas: 10 consejos
Pasos a seguir para identificar fugas de agua en piscinas
Estos son los pasos iniciales y los más objetivos que comúnmente
se relacionan con las fugas de agua:
- Primero que nada presta atención a la bajada inusual del nivel del agua; si tu piscina pierde más de 1-2 cm al día, podría ser una fuga.
- Busca humedad o charcos alrededor de la piscina, especialmente si no ha llovido, ya que puede indicar una fuga en las tuberías.
- La prueba del cubo, la cual también menciono en el artículo “reparación de piscinas” es una forma sencilla de diferenciar la evaporación normal de una pérdida de agua real por fuga.
- Revisa visualmente el revestimiento, las juntas, las luces y el equipo de filtración de tu piscina en busca de grietas o daños.
- También el mantenimiento regular y el uso de materiales de calidad son la mejor forma de prevenir futuras fugas y mantener tu piscina en óptimas condiciones. Aquí te dejo una lista relacionada con el mantenimiento de piscinas.
¿Como saber si una piscina pierde agua?
A veces, la piscina nos da señales de que algo no va bien y
es importante saber interpretarlas. Si el nivel del agua baja más de lo normal
o ves charcos o humedad donde no deberían estar, es muy probable que tengas una
fuga. No ignores estas señales, ya que una pequeña fuga puede convertirse en un
gran problema si no se atiende a tiempo.
Aquí te dejo algunas de las pistas más comunes que te
indican que tu piscina podría tener una fuga:
- Descenso Anormal del Nivel de Agua: Si rellenas la piscina con más frecuencia de lo habitual y el nivel sigue bajando rápidamente, es una señal clara. Una pérdida de agua de unos pocos centímetros al mes puede ser normal por evaporación, pero si es más, hay que investigar.
- Humedad Inexplicable en el Entorno: Revisa el área alrededor de la piscina. Si notas que el suelo está constantemente húmedo, hay charcos que no se secan, o incluso que la vegetación cercana crece de forma inusual, podría ser que el agua se esté escapando por ahí.
- Aumento en el Consumo de Productos Químicos: Cuando hay una fuga, el agua fresca entra constantemente en la piscina. Esto significa que tienes que añadir más productos químicos (cloro, alguicidas, etc.) para mantener el equilibrio del agua. Si de repente tus facturas de productos químicos se disparan sin motivo aparente, podría ser por una fuga.
Es fácil confundir la evaporación con una fuga, pero existen diferencias relacionadas. La evaporación es un proceso natural que se produce especialmente en días calurosos y ventosos. Sin embargo, una fuga suele ser más persistente y estar más localizada, y afecta al nivel del agua incluso en condiciones climáticas estables.
Presta atención a estos detalles para detectar una fuga
antes de que cause daños mayores o un gasto excesivo en agua y productos
químicos.
¿Cuánta agua pierde una piscina normalmente?
Para que te hagas una idea, una piscina puede perder entre
0,6 y 1,2 centímetros de agua al día solo por evaporación. Esto depende mucho
del clima: si hay mucho viento, de la temperatura del agua y de si la piscina
está cubierta o no. Si notas que el nivel baja más de esa cantidad, podría
deberse a otras causas.
Métodos caseros para detectar fugas en piscinas
A veces parece que nuestra piscina pierde agua sin motivo
aparente. Antes de entrar en pánico o llamar a un profesional, hay varias cosas
que podemos hacer nosotros mismos para intentar localizar el problema. ¡Manos a
la obra!
Inspección visual detallada de la estructura
Lo primero es lo primero: hay que mirar bien. Recorre toda la piscina, tanto por dentro como por fuera, y presta atención a cualquier cosa que no parezca normal: grietas, por pequeñas que sean, en las paredes o el suelo, baldosas sueltas o que falten, o incluso el revestimiento (liner) que pueda estar despegado o rasgado.
Busca cualquier cosa que no parezca normal:
grietas, por pequeñas que sean, en las paredes o el suelo, baldosas sueltas o
faltantes, e incluso el revestimiento (liner) despegado o rasgado. Presta
especial atención a las juntas y los selladores de los bordes y las luces. A
veces, una pequeña fisura es la culpable de que el nivel del agua baje más de
lo esperado.
Uso de tintes para localizar fugas subacuáticas
Si sospechas que la fuga está bajo el agua, un truco
sencillo es utilizar un tinte especial para piscinas. Con el motor de la
piscina apagado, deja caer un poco de tinte cerca de las zonas que te resulten
sospechosas, como los skimmers, los retornos o las luces. Si hay una fuga,
verás cómo el tinte es succionado hacia ella. Es como seguir un rastro de migas
de pan, pero con agua y colorante. Esta técnica es muy efectiva para acotar la
zona de la fuga.
Revisión exhaustiva del equipo de filtración
No te olvides del corazón de tu piscina: el equipo de
filtración. Revisa la bomba, el filtro, las válvulas y todas las conexiones.
Busca goteos, charcos o cualquier signo de humedad alrededor de estas partes.
Asegúrate de que todas las juntas estén bien apretadas y de que no haya nada
dañado o desgastado. A veces, una fuga en el sistema de fontanería o en una
conexión mal apretada puede ser la causa principal de la pérdida de agua.
Causas comunes
Con el paso del tiempo, las piscinas pueden empezar a perder
agua por diversas razones. No se trata de algo que ocurra de la noche a la
mañana, sino de un proceso gradual que, si no se atiende, puede convertirse en
un problema mayor. Entender qué causa estas fugas es el primer paso para poder
solucionarlas y evitar que vuelvan a ocurrir.
Deterioro de Juntas y Selladores
Las juntas y los selladores actúan como pegamento,
manteniendo unida toda la estructura de la piscina, especialmente en las zonas
de los bordes, las luces y los accesorios. Con el paso de los años y debido a
su constante exposición al sol, al cloro y a los cambios de temperatura, estos
materiales se deterioran. Piensa en ellos como la piel de la piscina: con el
tiempo, se agrietan, se encogen o se vuelven quebradizos. Cuando esto sucede,
el agua encuentra pequeños caminos para escaparse. Un sellador agrietado
alrededor de una luz subacuática, por ejemplo, es un punto de fuga muy
habitual.
Daños en Tuberías y Sistemas de Plomería
Debajo de tu piscina hay una red de tuberías que transportan
el agua para la filtración y el retorno. Estas tuberías, a menudo enterradas,
pueden sufrir daños por varias causas. El movimiento del suelo, especialmente
en zonas con cambios de temperatura o heladas, puede ejercer presión sobre
ellas y provocar grietas.
También, la corrosión, sobre todo si el agua de la piscina
no está bien equilibrada químicamente, puede debilitar las tuberías con el
tiempo. Si notas que el nivel del agua baja más rápido de lo normal, o si ves
humedad o charcos cerca del equipo de filtración, es muy probable que el
problema esté en alguna de estas tuberías.
Desgaste en Accesorios y Componentes
Todos los elementos que están en contacto directo con el
agua de la piscina, como los skimmers, los retornos, los jets de hidromasaje o
incluso las escaleras, tienen sellos y conexiones que pueden desgastarse. Estos
componentes están sometidos a un uso constante y a la acción de los productos
químicos.
Un sello en mal estado en un skimmer, por ejemplo, puede
permitir que el agua se filtre hacia la estructura de la piscina. Es importante
revisar periódicamente estos accesorios, ya que un pequeño problema aquí puede
derivar en una fuga considerable.
Técnicas Avanzadas de Detección de Fugas
Los expertos tienen a su disposición un arsenal de tecnologías
para localizar fugas con una precisión asombrosa. Una de estas técnicas es
la prueba de presión en las tuberías. Básicamente, sellan el sistema
y aplican aire a presión; si la presión baja, sabes que hay una fuga en alguna
parte.
También usan dispositivos de escucha acústica, que son
como estetoscopios súper sensibles para piscinas, capaces de oír el sonido del
agua escapándose incluso bajo tierra. Y no olvidemos las imágenes térmicas,
que detectan cambios de temperatura en el suelo o las paredes, indicando dónde
se está perdiendo el agua caliente. Estas herramientas son clave para
identificar fugas en lugares de difícil acceso o dentro de la estructura misma
de la piscina.
Mantén tu oasis libre de fugas
Como ves, encontrar una fuga en tu piscina no tiene por qué
ser una odisea. Con un poco de atención y siguiendo estos sencillos pasos,
podrás detectar esos escapes de agua antes de que se conviertan en un gran
problema. Recuerda que un pequeño descenso en el nivel del agua o una zona
húmeda inesperada son señales que no debes ignorar.
Actuar a tiempo no solo te ahorra dinero en la factura del
agua, sino que también ayuda a cuidar nuestro recurso más valioso. Si después
de intentarlo sigues sin estar seguro o la fuga parece complicada, no dudes en
llamar a los profesionales. Ellos tienen las herramientas y la experiencia
necesarias para dejar tu piscina perfecta. ¡A disfrutar del agua sin
preocupaciones!