Pabellón del Hábitat de Tianfu: ¿Qué atrae multitudes este año?
E Pabellón del Hábitat de Tianfu. Diseñado por CSWADI (Instituto de Diseño e Investigación Arquitectónica del Suroeste de China), este recinto ha logrado captar la atención de miles de visitantes, no solo por su propuesta estética, sino también por la forma en que dialoga con el territorio y la cultura locales.
A diferencia de otros proyectos contemporáneos que buscan
imponerse al paisaje, este pabellón opta por la discreción: se asienta sobre un
terreno inclinado y desarrolla su programa arquitectónico mediante patios
entrelazados que evocan rituales y tradiciones arraigadas en la ciudad.
El proyecto se basa en una premisa clara: traducir elementos
culturales reconocibles en una arquitectura que se pueda experimentar. Los
techos circulares que definen su silueta no son recursos formales arbitrarios,
sino interpretaciones de prácticas comunitarias y símbolos visuales presentes
en Chengdu desde hace siglos.
Esta estrategia de diseño permite que el pabellón opere en
dos registros simultáneos: como infraestructura expositiva temporal y como
espacio que anticipa un uso prolongado tras el cierre del evento.
Conoce más sobre: ¿En que consiste la arquitectura?
El círculo como lenguaje arquitectónico
El círculo estructura todo el proyecto. No se trata solo de
una decisión estética, sino que esta geometría responde a una lectura del
contexto cultural de Sichuan, donde las formas circulares están presentes en
comedores compartidos, ceremonias del té y configuraciones residenciales
históricas. CSWADI toma estas referencias y las convierte en herramientas de
organización espacial. Los anillos no solo delimitan áreas, sino que también
dirigen el movimiento de las personas y establecen jerarquías visuales que
ayudan a comprender la función de cada zona.
La cuenca de Sichuan, con su geografía particular y sus
tradiciones arquitectónicas locales, sirve de telón de fondo conceptual. El
pabellón traduce esa identidad territorial en tres anillos superpuestos que
representan tres ambientes distintos: el patio, el estanque de lotos y las
colinas de bambú. Cada uno de estos elementos funciona como una etapa diferente
dentro de un mismo recorrido, lo que permite que la experiencia del visitante
se construya por capas.
Tres espacios, tres identidades
El pabellón organiza su programa arquitectónico en torno a
estos tres elementos simbólicos. El patio hace referencia a la vida doméstica
de la región, el estanque de lotos conecta con los paisajes agrícolas y las
prácticas alimentarias, y las colinas de bambú anticipan un uso más
contemplativo vinculado al turismo ecológico. Esta división permite que cada
sector funcione de manera independiente, pero también que se integren en una
narrativa espacial coherente.
El diseño no impone una secuencia rígida, aunque sí sugiere
un orden. Los visitantes pueden comenzar en el patio, donde se desarrollan
actividades relacionadas con la ópera y las artes escénicas de Sichuan, y
después dirigirse hacia el estanque o hacia las zonas de descanso situadas en
las colinas. Esta flexibilidad resulta útil tanto para el evento hortícola como
para los futuros usos del proyecto.
Un patio que respira tradición
El patio es el corazón del pabellón. En él se concentran
varios elementos que refuerzan la identidad cultural del lugar. Una sala de
exposiciones con planta en forma de abanico ocupa el espacio central. Su
estructura de acero permite reconfigurar el espacio interior según las
necesidades de cada exposición. El techo, compuesto por paneles de aluminio
plegados, imita el tejido tradicional de bambú característico de la artesanía
local. Esta solución técnica conecta el interior con el exterior mediante una
textura uniforme que se extiende más allá de los límites físicos del edificio.
Junto a la sala hay un escenario de doble orientación. Está
diseñado para albergar representaciones de ópera de Sichuan y narraciones
orales, pero su disposición abierta permite que las funciones se proyecten
hacia el patio exterior. De este modo, el público puede asistir desde el
interior del recinto o acomodarse en el área abierta, lo que genera distintas
dinámicas de uso según el evento.
En el perímetro del patio, una casa de té inspirada en la
histórica Heming de Chengdu ofrece un espacio de descanso y observación. Su
estructura de bambú refuerza la conexión material con el territorio y su
programa funcional recupera la tradición de los salones de té como lugares de
encuentro social. Desde aquí, los visitantes pueden seguir las representaciones
o simplemente sentarse a contemplar el movimiento en el patio.
Un sendero inclinado recorre el borde circular del patio y
asciende hacia una terraza elevada. Este sendero ofrece a los visitantes vistas
panorámicas del conjunto y les permite entender la relación entre los distintos
sectores del proyecto.
El estanque de lotos y la vida social
El agua introduce un segundo registro en el proyecto. El
estanque de lotos hace referencia directa a los paisajes rurales de Chengdu,
donde el cultivo acuático ha tenido una gran importancia económica y simbólica
a lo largo de la historia. Una pasarela estrecha atraviesa el estanque y crea
puntos de observación estratégicos desde los que se puede apreciar el agua en
diferentes condiciones de luz.
Las plataformas flotantes, diseñadas como hojas de loto
estilizadas, sirven como comedores al aire libre. Los visitantes pueden
compartir aquí comidas tipo hotpot, una práctica gastronómica tradicional de
Sichuan que enfatiza la dimensión comunitaria de la alimentación. El estanque
no es solo un elemento decorativo, sino que integra función y simbolismo para
expandir el tema de la vida colectiva hacia el entorno acuático.
Esta zona del pabellón refuerza la idea de que la
arquitectura puede servir de soporte para prácticas culturales específicas. El
estanque no impone un uso determinado, sino que ofrece las condiciones
espaciales para que ciertas actividades se desarrollen de manera natural.
Las colinas de bambú y el futuro sostenible
Más allá del estanque, el pabellón se extiende por la
ladera. En este lugar, el bambú domina tanto el paisaje vegetal como el
construido. Los bosques de bambú y las pequeñas posadas crean un ambiente de
retiro que anticipa el uso futuro del complejo una vez concluida la exposición.
Las habitaciones se abren hacia las laderas verdes, enmarcando vistas del
terreno boscoso sin interrupciones visuales.
Un arroyo serpentea por la ladera y alimenta una serie de
piscinas exteriores y aguas termales cubiertas. Estas instalaciones están
diseñadas para funcionar durante todo el año y convertir el pabellón en un
destino de turismo cultural y ecológico. La integración de estos elementos acuáticos
en el paisaje natural refuerza el carácter sostenible del proyecto y su
capacidad para adaptarse a distintos programas.
El bambú, además de su valor ecológico, funciona como
emblema cultural. Su presencia refuerza la conexión del proyecto con la región
y permite que el pabellón opere como una representación contemporánea de una
tradición constructiva vigente desde hace siglos en Sichuan.
El Pabellón del Hábitat de Tianfu demuestra que es posible
construir arquitectura contemporánea sin renunciar a las referencias locales.
Su sistema de anillos interconectados traduce símbolos culturales en espacios
funcionales y su diseño discreto le permite integrarse en el paisaje sin
competir con él. Los miles de visitantes que recorren el pabellón este año no
solo asisten a una exposición, sino que experimentan una interpretación
arquitectónica de la identidad de Chengdu.