Estudio Oma ¿Por Qué Domina Actualmente El Mundo De La Arquitectura?

oma estudio de arquitectura internacional

OMA, es un estudio de arquitectura internacional que parece estar constantemente replanteándose qué significa diseñar en el siglo XXI. Al observar sus proyectos, es difícil no darse cuenta de que hay algo diferente en su forma de abordar cada proyecto. No se trata solo de crear estructuras visualmente atractivas, sino de proponer ideas que generen conversación y que, con frecuencia, pongan en tela de juicio las convenciones del diseño arquitectónico.

OMA, o la Office for Metropolitan Architecture, tiene casi cinco décadas de trayectoria y, en ese tiempo, ha logrado posicionarse como una de las referencias más importantes en arquitectura contemporánea. Pero ¿qué tiene este estudio que lo hace tan relevante hoy en día? La respuesta no es sencilla, porque su influencia viene de múltiples frentes: su filosofía de trabajo, su estructura organizativa, su capacidad de adaptación y, sobre todo, su interés por ir más allá de lo puramente arquitectónico.

¿Es OMA Arquitectura una firma que desafía lo establecido?

Desde su fundación en 1975 por Rem Koolhaas, Elia Zenghelis, Madelon Vriesendorp y Zoe Zenghelis, OMA ha mantenido una postura crítica frente a la arquitectura tradicional. En lugar de repetir fórmulas probadas, el estudio prefiere analizar cada proyecto desde cero, considerando el contexto social, cultural y económico en el que se inserta.

Esta forma de trabajar hace que sus edificios no sigan un estilo único. Si comparas la Biblioteca Central de Seattle con la Casa da Música en Oporto, verás que no hay una firma visual común, pero sí una misma intención: responder de manera honesta y específica a las necesidades de cada lugar. Esa libertad para experimentar es una de las razones por las que OMA sigue siendo relevante. No se ata a modas ni a un lenguaje arquitectónico fijo.

AMO: el cerebro detrás de las ideas

Uno de los aspectos menos conocidos pero más importantes de OMA es AMO, su división de investigación y diseño. Mientras la oficina de arquitectura metropolitana se dedica a materializar proyectos arquitectónicos, AMO funciona como un laboratorio de ideas que explora territorios más amplios: desde la moda hasta la política, pasando por la tecnología y los medios de comunicación.

AMO no trabaja con planos ni estructuras, sino con conceptos. Su labor consiste en investigar, cuestionar y proponer nuevas formas de entender problemas complejos. Esta división ha colaborado con marcas como Prada, con instituciones como el Museo del Hermitage y con la Unión Europea en proyectos de análisis urbano y cultural.

La existencia de AMO permite que OMA no se quede en la superficie de los encargos. Cada diseño viene acompañado de una reflexión profunda sobre su impacto, su función y su relación con el entorno. Es esta capacidad de pensar más allá del edificio lo que distingue a OMA de otros estudios.

Una estructura global y colaborativa

OMA no es un estudio centralizado. Tiene oficinas en Róterdam, Nueva York, Pekín y Hong Kong, lo que le permite trabajar en proyectos muy diversos con equipos que conocen de cerca las particularidades de cada región. Esta presencia global no es solo una estrategia comercial, sino una forma de entender la arquitectura como una disciplina que debe dialogar con diferentes culturas y realidades.

La dirección del estudio está a cargo de seis socios, entre ellos Rem Koolhaas, Ellen van Loon, Reinier de Graaf, David Gianotten y Shohei Shigematsu. Cada uno aporta su visión particular, lo que enriquece el trabajo colectivo y evita que el estudio caiga en la repetición. Esta estructura horizontal favorece la experimentación y permite que surjan propuestas frescas constantemente.

Proyectos principales de oma que marcan tendencia

Sede central de CCTV
Sede central de CCTV, Pekín.

La influencia de OMA también se explica por la naturaleza de sus proyectos. Algunos de ellos se han convertido en referencias obligadas para estudiantes y profesionales de la arquitectura. La sede de la televisión china CCTV, por ejemplo, desafía la lógica de los rascacielos convencionales con su forma de anillo suspendido. Es un edificio que no se puede ignorar, tanto por su escala como por su audacia estructural.

La Biblioteca Central de Seattle es otro caso notable. Su diseño rompe con la idea tradicional de biblioteca como un espacio cerrado y silencioso. OMA planteó un edificio abierto, con espacios fluidos y una fachada de vidrio que invita a entrar. Desde su inauguración, se ha convertido en un referente para repensar las bibliotecas públicas.

En Róterdam, The Rotterdam es el edificio más alto de los Países Bajos y uno de los más grandes de Europa. Su programa mixto que incluye viviendas, oficinas y un hotel refleja el interés de OMA por crear estructuras que respondan a la complejidad de la vida urbana contemporánea.

¿Por qué OMA sigue siendo relevante?

La arquitectura es un campo saturado de propuestas y nombres conocidos, pero OMA ha sabido mantenerse en la conversación por varias razones. En primer lugar, porque no se conforma con diseñar edificios bonitos. Sus proyectos buscan generar debate, proponer nuevas formas de habitar y reflexionar sobre el papel de la arquitectura en la sociedad.

En segundo lugar, porque su modelo de trabajo es flexible. OMA no tiene miedo de colaborar con otros campos del conocimiento. Entiende que la arquitectura no existe en el vacío, sino que está atravesada por economía, política, cultura y tecnología. Esa visión integral es cada vez más necesaria en un mundo donde los problemas urbanos son cada vez más complejos.

Finalmente, porque sigue asumiendo riesgos. Mientras muchos estudios grandes optan por fórmulas seguras, OMA continúa proponiendo soluciones inesperadas. Esa disposición a experimentar, a veces con resultados polémicos, es lo que mantiene su trabajo vigente y en constante evolución.

¿Que es oma arquitectura? ¿Un estudio que piensa el futuro?

OMA no domina el mundo de la arquitectura por casualidad. Lo hace porque ha construido una forma de trabajar que va más allá del diseño de edificios. Su enfoque crítico, su estructura global, su división de investigación y su valentía para cuestionar lo establecido lo convierten en un referente ineludible.

En un momento en que la arquitectura enfrenta desafíos enormes desde la crisis climática hasta la desigualdad urbana, estudios como OMA demuestran que es posible abordar estos problemas desde el diseño. No ofrecen soluciones definitivas, pero sí abren caminos y plantean preguntas incómodas. Y quizás esa sea su mayor contribución: recordarnos que la arquitectura puede ser mucho más que construcción.

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