Turning Torso: El Edificio en espiral que diseñó Santiago Calatrava

boceto a lapiz del edificio turning torso

Cuando piensas en un edificio que gira sobre sí mismo, probablemente imaginas algo sacado de una película futurista. Pero en Malmö, Suecia, esta visión es completamente real. El Turning Torso no es solo un rascacielos futurista residencial más en el horizonte europeo; es una declaración sobre lo que la arquitectura puede lograr cuando se atreve a romper con lo establecido.

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Historia: De la escultura al horizonte urbano

La historia del Turning Torso comienza de una manera poco convencional. En 1999, Santiago Calatrava recibió el encargo de diseñar una torre residencial para la zona portuaria de Malmö, justo cuando la ciudad atravesaba una transformación importante. Lo interesante es que Calatrava no empezó desde cero con un tablero de dibujo vacío. Ya tenía la respuesta en una de sus esculturas previas.

Esa escultura, también llamada Turning Torso, capturaba algo fascinante: el movimiento del cuerpo humano traducido en forma tridimensional. Imagina una columna vertebral rotando, con vértebras que se van desplazando gradualmente. Esa fue la inspiración. Lo que funcionaba como una pequeña pieza de acero y cubos apilados se convertiría en un edificio de 190 metros de altura.

Esta no fue una traducción literal de la escultura al edificio. Calatrava adaptó el concepto para que funcionara a escala arquitectónica. Donde la escultura tenía siete cubos, el edificio cuenta con nueve unidades. Cada una de estas unidades gira sutilmente respecto a la anterior, creando ese efecto de torsión que le da nombre a la torre (Twisting Torso).

Construcción: Más que una fachada atractiva

Twisting Torso

Cuando ves el HSB Turning Torso desde la distancia, lo primero que llama la atención es su forma. Pero la verdadera innovación está en cómo se sostiene. Aquí es donde Calatrava demuestra que no es solo un arquitecto preocupado por la estética, sino alguien que entiende profundamente la ingeniería.

El edificio se organiza alrededor de un núcleo central de hormigón armado que funciona como su columna vertebral. Este núcleo no es uniforme; comienza con paredes de 2.5 metros de espesor en la base y se adelgaza hasta apenas 40 centímetros en la cima. Es una solución elegante que distribuye el peso de manera inteligente.

Lo que hace especial esta estructura es el sistema de soporte externo. Calatrava añadió una cercha exterior de acero que actúa como una segunda columna vertebral, visible desde el exterior. Esta estructura metálica se conecta al núcleo mediante puntales diagonales que transfieren las fuerzas de cada unidad al centro. Es como si el edificio tuviera un exoesqueleto que lo mantiene estable mientras gira.

Vivir en una obra de arte

El Turning Torso no es solo un monumento para admirar desde lejos. Es un edificio funcional donde la gente vive y trabaja. Las dos primeras unidades albergan espacios de oficina, mientras que las siete superiores contienen 147 apartamentos de diferentes tamaños.

Cada piso residencial está diseñado pensando en la practicidad. Las áreas húmedas como cocinas y baños se concentran cerca del núcleo central, lo que simplifica las instalaciones. Los apartamentos varían desde estudios de 45 metros cuadrados hasta unidades familiares de casi 200 metros cuadrados. En la parte superior, los pisos 53 y 54 funcionan como salas de reuniones con vistas que abarcan cuatro puntos cardinales.

La fachada merece una mención aparte. Está compuesta por casi 2,800 paneles de aluminio curvado y más de 2,000 ventanas de vidrio plano. Cada panel fue prefabricado en taller y luego instalado con precisión. Esta técnica no solo garantizó la calidad, sino que aceleró significativamente la construcción.

Un desafío técnico resuelto con creatividad

¿Cuál es la torre más alta de Suecia?

Construir un edificio que gira 90 grados de la base a la cima no es tarea sencilla. El equipo de Calatrava tuvo que desarrollar métodos de construcción específicos para este proyecto. Después de completar los cimientos con técnicas convencionales, utilizaron un sistema de entramado deslizante para levantar el núcleo central y las losas de piso.

La estructura de acero exterior se montó con elementos prefabricados, y finalmente se instaló la fachada mediante grúas especializadas. Esta secuencia permitió que el edificio se construyera de manera eficiente, a pesar de su complejidad. Es un ejemplo de cómo la planificación cuidadosa puede hacer viable lo que parece imposible.

El edificio también incorpora consideraciones ambientales avanzadas para su época. Todo el diseño cumple con estándares de accesibilidad, asegurando que personas con movilidad reducida puedan recorrer el edificio sin obstáculos.

El impacto del Turning Torso, más allá de Malmö

Desde su inauguración, el Turning Torso se ha convertido en el símbolo de Malmö. Antes de su construcción, esta ciudad sueca era conocida principalmente por su industria naviera. Ahora, el rascacielos define su perfil urbano y representa su transformación hacia una economía basada en el conocimiento y la innovación.

En 2015, el proyecto recibió el premio "10 Year Award" del Consejo de Edificios Altos y Hábitats Urbanos. Este reconocimiento no se otorga por novedad, sino por el valor duradero que un edificio aporta a su ciudad. El jurado destacó cómo la torre ha influenciado a arquitectos de todo el mundo y ha enriquecido el debate sobre lo que los rascacielos pueden ser.

Lecciones para la arquitectura contemporánea

El Turning Torso plantea preguntas importantes sobre el futuro de la arquitectura vertical. ¿Deben los rascacielos ser simplemente cajas eficientes apiladas hacia el cielo? ¿O pueden ser expresiones artísticas que también funcionen como hogares y oficinas?

Calatrava demuestra que ambas cosas son posibles. Su torre no sacrifica la funcionalidad por la forma. Cada decisión de diseño responde tanto a necesidades estructurales como a una visión estética coherente. El resultado es un edificio que funciona bien y que, al mismo tiempo, inspira conversaciones sobre lo que la arquitectura puede lograr.

Lo interesante es que el Turning Torso no ha generado una ola de copias. No vemos torres giratorias en cada ciudad europea. Y quizás eso es lo mejor. El edificio permanece singular, un ejemplo de que la innovación genuina no necesita repetirse para tener impacto.

Cuando miras el Turning Torso, ya sea en persona o en fotografías, estás viendo más que un edificio alto con una forma inusual. Estás viendo la materialización de una idea que comenzó como una pequeña escultura y se transformó en una de las estructuras residenciales más reconocibles de Europa. Es un recordatorio de que la arquitectura, en su mejor expresión, puede ser tanto práctica como poética.

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