¿Qué es una losa de entrepiso y cuántos tipos existen?

losa de entrepiso de concreto

Una losa de entrepiso es el elemento estructural horizontal que separa los diferentes niveles de una construcción. En otras palabras, es la superficie sobre la que caminamos en cada piso y, al mismo tiempo, el techo del nivel inferior. Su función va más allá de simplemente dividir espacios: debe soportar el peso de las personas, los muebles, los equipos y todo lo que se coloque sobre ella, además de su propio peso y el de los acabados, como cerámicas, suelos laminados (losacero) o cualquier otro material de terminación.

Este componente se encuentra en prácticamente todas las edificaciones de más de una planta, desde viviendas unifamiliares hasta edificios comerciales, industriales y de oficinas. Las losas de entrepiso trabajan conjuntamente con otros elementos estructurales, como columnas, vigas y muros, formando un sistema que distribuye las cargas de manera eficiente hacia los cimientos.

El tipo de losa se elige en función de varios factores: la distancia entre los apoyos, el presupuesto disponible, el tiempo de construcción, las cargas que debe soportar y las características específicas del proyecto. Cada sistema tiene ventajas y limitaciones que lo hacen más adecuado para ciertas situaciones.

Conoce más sobre: Tipos de Losas en Construcción

Clasificación según la dirección de carga

Antes de abordar los materiales y sistemas constructivos, es fundamental comprender cómo funcionan las losas en función de su geometría. En función de la forma de la planta y de la disposición de los apoyos, las losas transmiten las cargas de manera diferente.

Las losas unidireccionales son aquellas de forma rectangular en las que un lado mide al menos 1,5 veces más que el otro. En estos casos, las cargas se transmiten principalmente en la dirección del lado más corto hacia los muros o las vigas de apoyo. Es como si las cargas «caminaran» en una sola dirección hacia los soportes más cercanos. Este tipo de losa se utiliza comúnmente en pasillos, corredores o habitaciones alargadas.

Por otro lado, las losas bidireccionales tienen una forma más cuadrada o rectangular, con una relación entre lados menor a 1,5. En este caso, las cargas se reparten en ambas direcciones, distribuyéndose hacia los cuatro costados de la placa. Este sistema aprovecha mejor el material y es más eficiente en espacios amplios y regulares.

Losas de Entrepiso de concreto armado

El concreto armado es probablemente el material más utilizado para losas de entrepiso en la construcción moderna. Combina la resistencia a la compresión del concreto con la resistencia a la tracción del acero de refuerzo, creando un elemento estructural robusto y duradero.

Dentro de las losas de concreto armado encontramos dos grandes categorías. Las losas macizas están completamente llenas de concreto en todo su espesor, sin espacios vacíos. Son más pesadas pero también más resistentes y se recomiendan para espacios pequeños o medianos donde las distancias entre columnas no son muy grandes. Su construcción es relativamente simple: se coloca el encofrado, se instala el acero de refuerzo y se vierte el concreto.

Las losas aligeradas, en cambio, incluyen espacios vacíos en su interior que reducen significativamente su peso sin comprometer demasiado su resistencia. Estos espacios pueden crearse usando bloques de arcilla, poliestireno expandido, casetones plásticos recuperables o incluso esferas de plástico. Al pesar menos, permiten cubrir distancias mayores entre apoyos y reducen las cargas sobre columnas y cimientos. Además, el ahorro en concreto y acero puede ser considerable en proyectos grandes.

Una variante interesante son las losas nervadas, que consisten en vigas o nervios de concreto distribuidos en una o dos direcciones, con una capa delgada de compresión en la parte superior. Entre los nervios quedan los espacios vacíos que aligeran el conjunto. Este sistema es muy eficiente para luces grandes y cargas moderadas.

Entrepiso de madera

Aunque son menos comunes en la construcción urbana actual, las losas de madera siguen siendo una opción válida, especialmente en construcciones residenciales de baja altura, casas de campo o proyectos que buscan un enfoque más sostenible y cálido estéticamente.

Estas losas se componen de vigas de madera que actúan como soporte principal, sobre las cuales se coloca un entablado, también de madera, que forma la superficie del suelo. Entre las vigas se suele colocar material aislante para mejorar el comportamiento térmico y acústico. La madera ofrece una instalación rápida, un peso menor sobre la estructura y un acabado natural que muchos propietarios valoran.

No obstante, requieren un mantenimiento más cuidadoso, sobre todo en ambientes húmedos, donde la madera puede deteriorarse. Además, es necesario utilizar maderas tratadas y protegidas contra insectos y hongos. Cuando se diseñan y construyen correctamente, las losas de madera pueden durar décadas y ofrecer un excelente rendimiento.

Entrepisos Metálicos o de Losacero

Los entrepisos metálicos utilizan perfiles de acero como vigas principales y láminas metálicas colaborantes como soporte del concreto. A este sistema se le conoce como losa sobre Steel Deck o lámina colaborante. La lámina metálica acanalada sirve de encofrado permanente y, al mismo tiempo, trabaja estructuralmente con el concreto que se vierte sobre ella.

Entre las ventajas de este sistema se incluyen la rapidez de montaje, el menor peso estructural, la eliminación de encofrados temporales y la posibilidad de trabajar en altura mientras se construyen otros niveles debajo. Es especialmente útil en edificios de oficinas, comerciales e industriales, donde se busca optimizar los tiempos de construcción.

La instalación requiere soldadura o conexiones atornilladas entre los perfiles metálicos y las columnas, seguidas de la colocación de las láminas y el vertido de concreto. El espesor final de la losa suele ser menor que en los sistemas tradicionales de cemento, lo que permite ganar altura interior en los espacios.

Entrepisos flotantes

Los entrepisos flotantes son, en realidad, un sistema de acabado y aislamiento más que un tipo de losa estructural. Consisten en una capa adicional de suelo que no está adherida directamente a la losa estructural, sino que se apoya sobre una capa de material aislante elástico. Este material puede ser espuma de polietileno, corcho, fieltro o materiales especializados para el aislamiento acústico.

Su objetivo principal es reducir la transmisión del ruido de impacto entre plantas. Cuando alguien camina en el piso superior, las vibraciones no se transmiten directamente a la losa, sino que son absorbidas por la capa intermedia. También proporcionan cierto aislamiento térmico y pueden corregir pequeñas irregularidades en la superficie.

Este sistema se ha vuelto muy popular en edificios residenciales multifamiliares, donde el confort acústico es una prioridad. La instalación es relativamente sencilla y se puede realizar sobre cualquier tipo de losa estructural existente.

¿Cuál elegir para tu proyecto?

La selección del tipo de losa depende de múltiples factores. Para proyectos residenciales de pequeña y mediana escala, las losas aligeradas de concreto suelen ofrecer la mejor relación costo-beneficio. Si buscas rapidez constructiva en edificios de oficinas o comerciales, el sistema de lámina losacero puede ser ideal. Para construcciones en zonas rurales o proyectos con enfoque ecológico, la madera sigue siendo una alternativa atractiva.

Lo más importante es trabajar con un ingeniero estructural que pueda analizar las características específicas de tu proyecto: cargas previstas, luces entre apoyos, condiciones del suelo, presupuesto y cronograma. Una losa bien diseñada y construida garantizará la seguridad y funcionalidad de tu edificación durante toda su vida útil.

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